No te asustes, no voy a dar más la lata con cifras, ritmo de contagio, prevención (pero por favor, la mascarilla siempre). Este post va de cómo afecta a la comunicación a las relaciones en tiempos del Covid, la pandemia estrella de 2020, no desde el punto de vista del confinamiento, sino asumiendo que las videollamadas: Zoom, Skype, Hangout… están aquí para quedarse. Ya sea en la esfera privada como en el ámbito profesional, los códigos han cambiado.

Fuente: https://www.estrelladigital.es/articulo/sociedad/mascarillas-transparentes-todos-oportunidad-eliminar-otra-barrera/20200802102834426827.html
Comunicación y mascarillas
La mascarilla (no se si lo he comentado ya, pero por favor, siempre puesta) además de proteger, condiciona el entendimiento entre las personas de manera indiscutible. Pese a que hay quien trabaja en vencer este handicap, a día de hoy la comunicación no verbal se ve reducida. Toda la parte inferior de la cara queda oculta tras el color “azul hospital” y el feedback recibido mientras nos expresamos se reduce: ¿Se ha entendido la ironía de lo que acabo de decir?, ¿Estoy emocionando cómo debería? ¿Se está aburriendo?… Nos vemos obligad@s a deducir solo con la mirada. Es una de las muchas consecuencias de la comunicación en tiempos del Covid.
En el caso de que la llamada sea telemática, es aún peor. El tono se distorsiona por el micrófono y el altavoz, y desde el punto de vista de nuestro interlocutor, el cuerpo se reduce a lo visible a la altura del pecho, con lo que la postura o las manos, tampoco nos ayuda a facilitar el proceso.
Depender en exceso de elementos telemáticos es un aspecto que ayuda, pero en su justa medida, si “abusamos de ellos” (aunque la situación sanitaria no ofrezca mejores alternativas) nos encontramos con que pasan de ser amigos a enemigos comunicativos. No es solo que se usen más veces, sino que se usan durante más tiempo y nos encontramos con que, herramientas pensadas para durar 30 o 40 minutos como máximo, se usan hora y media o 2 horas, con el desgaste que esto supone.
A comunicar también se aprende
Podemos programar una herramienta que acorte este tipo de distancia, o diseñar un “traje de buzo transparente” que aísle y muestre nuestras reacciones al interlocutor, o podemos ser realistas. Hay objetivos que dependen de nosotr@s mismos y que cualquiera puede mejorar. Asertividad, empatía, confianza y autocontrol, son cualidades que mejoran la comunicación interpersonal y que, pese a que se les otorga la calificación de innatas, se pueden trabajar y mejorar. No basta con tener algo importante que decir, hay que saber hacerlo, el continente es tan importante como el contenido.
Foto cover Chris Montgomery de Unsplash